COMPACTAS

Las estanterías compactas son sistemas de almacenamiento diseñados para maximizar la utilización del espacio en un almacén o bodega. Estas estanterías se caracterizan por su capacidad para almacenar productos en profundidad, lo que significa que permiten apilar productos uno detrás de otro, optimizando así el espacio disponible. Hay varios tipos de estanterías compactas, y aquí se describen algunos de los más comunes:

Sistema Drive-In:

Funcionamiento: En este sistema, los productos se almacenan en carriles internos que permiten que los vehículos de carga, como montacargas, ingresen directamente a la estantería para depositar o retirar productos.

Ventajas: Maximiza el espacio al eliminar pasillos entre las estanterías. Es adecuado para productos que se almacenan en grandes cantidades y no requieren acceso frecuente.

Sistema Push Back:

Funcionamiento: Utiliza carriles con rodillos o rieles inclinados para almacenar productos en varias profundidades. Cada nuevo producto empuja los productos existentes hacia atrás. Al retirar un producto, los demás avanzan automáticamente.

Ventajas: Optimiza el espacio y facilita la rotación de inventario. Es eficiente para productos con fechas de caducidad.

Sistema Pallet Shuttle:

Funcionamiento: Utiliza un sistema de transporte automatizado (shuttle) que se desplaza dentro de las estanterías para depositar y recuperar pallets. Este sistema es especialmente eficiente en almacenes con un alto volumen de paletización.

Ventajas: Mejora la velocidad de carga y descarga, reduce el tiempo de manipulación y maximiza el espacio de almacenamiento.

Estantería Compacta con Carruseles:

Funcionamiento: Utiliza carruseles motorizados para desplazar las unidades de almacenamiento hacia adelante para facilitar el acceso. Es común en entornos donde se manipulan productos pequeños y de alta rotación.

Ventajas: Optimiza el espacio y mejora la eficiencia en la preparación de pedidos.

Estos son solo algunos ejemplos de sistemas de estanterías compactas, y la elección del sistema dependerá de los tipos de productos almacenados, los flujos de trabajo específicos y los requisitos de espacio de cada almacén o instalación logística.